sábado, 8 de noviembre de 2008

USOS SOCIALES DE LAS TICS

Trabajo realizado por Alba García Barrera y Rocío García Peinado.


El artículo de Carl Mitcham reflexiona sobre los cambios de la ciencia y la tecnología durante el siglo XX así como las consideraciones éticas que estos cambios han producido.


Previamente a la época moderna no se planteaba el carácter ético de las tecnologías que existían, ya que éstas iban ligadas totalmente a la cultura y ritos sociales, a través de las cuales eran filtradas y controladas. Según el artículo, uno de los primeros análisis de las consecuencias éticas de las tecnologías fue realizado por Marx, al defender que la industrialización provoca una alienación del hombre, es decir, una pérdida de control de su proceso y productos de trabajo.


Se dice en el texto que la distinción entre los medios y los fines en la época premoderna estaba ausente, y una vez que apareció la producción industrial, y las distinciones entre los medios y los fines se pusieron en cuestión, y la tecnología como un medio fue separada de los fines particulares para que se desarrollará por su propia cuenta, en ese momento se llegó a una pérdida de control de la naturaleza y de los medios que estabán a disposición de los deseos e intenciones humanas que eran libres y sin restricciones. La crítica ética de esa separación permaneció en una posición marginal hasta mucho después.

Ya más avanzada las segunda mitad del SXX, los gobiernos y los mismos científicos abandonaron una postura de laissez faire, es decir, de permisividad y libertad, respecto a las cuestiones éticas relacionadas con la tecnología. Además de regulaciones legislativas por parte de la política, los responsables de la ciencia empezaron a crear códigos éticos y deontológicos




La tecnología ha sido vista por muchas personas como algo deshumanizante y en torno a este tema hay opiniones encontradas. Tratar de desvincular el conocimiento científico y tecnológico de los valores humanos puede generar una polémica inútil.

El uso generalizado de computadores, de biotecnologías y el flujo de información digital han introducido en la vida social contemporánea transformaciones importantes. Tanto, que algunos argumentan que un nuevo orden cultural está cobrando forma: la “cibercultura”.

Muchas de las nociones convencionales en el campo de la tecnología están siendo transformadas por nuevas tendencias producidas en los estudios sociales de éstas. En enfoques convencionales, la tecnología es identificada de forma estrecha con herramientas, máquinas; así mismo la historia de la tecnología es asociada con la historia de estos instrumentos y con su progresiva eficacia en el desarrollo económico y en el bienestar humano y social. Como una forma de “ciencia aplicada”, a la tecnología se le ubica por fuera de la sociedad, se le considera autónoma, y se le señala como valorativamente neutral. Dado que la tecnología no es calificada ni como buena o mala, ésta no puede ser culpada por los usos que los humanos le han dado o le dan.

Ahora bien, ¿Qué tipo de actitud debemos incentivar en nosotros y las nuevas generaciones que se están formando, que se mueven con absoluta “naturalidad” en este entorno cada vez más tecnológico?

Pues el poder de las nuevas tecnologías la informática, se expande a una velocidad que parece superar las posibilidades que el hombre común tiene de comprenderlas y así es que su conducta, su cuerpo, el modo en que se relaciona con los otros y hasta su propia percepción de lo que esta bien y lo que esta mal, se ven condicionadas por el uso de herramientas que son muy útiles, pero que hablan un idioma ajeno, que son muy poderosas, pero con esa potencialidad ponen en tela de juicio sus creencias mas íntimas.

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